El grupo de catequesis parroquial participó con gran alegría en la celebración de los votos perpetuos como hija de la Natividad de una de las catequistas, Rocio. Y nadie mejor que ella para contarnos en primera persona un día inolvidable:
FIESTA EN LA GRANDE OBRA DE ATOCHA
Cada 30 de agosto las Hijas de la Natividad nos reunimos, como comunidad, como Iglesia, para celebrar el aniversario de nuestra primera Fundación. Es un Instituto Secular, inspirado por Dios a un sacerdote diocesano, el Venerable Baltasar Pardal Vidal, cuyo carisma es la Infancia Espiritual.
Este 30 de agosto de 2014 ha sido muy especial porque emití mis votos perpetuos.
Comenzamos nuestra celebración eucarística, presidida por nuestro querido Arzobispo Don Julián, y acompañado por varios sacerdotes y diáconos. De la mano del profeta Oseas y de San Pablo la Palabra de Dios nos invitaba a dejarnos amar por el Señor y a entregarnos a Él.
Tras la homilía, llegó el momento de pronunciar la fórmula de consagración ante el Arzobipo y la Directora General del Instituto, comprometiéndome a vivir para siempre en pobreza, castidad y obediencia al servicio de Dios y de su Iglesia; confiando mi fidelidad en este camino, de vivir la consagración en medio del mundo, a Jesús y a María.
Esta profesión tuvo su momento de intimidad en la comunión, al recibir a Jesús, que se hace PAN por mi amor, y le pedí me ayude a ser fiel y fecunda en mi respuesta a su llamada.
Ante el Santísimo que quedó expuesto, relaté con memoria agradecida el paso de Dios por mi vida, que se hizo presente en personas, acontecimientos…
La celebración terminó con cantos propios de nuestra Obra: Himno al Niño Jesús de Uvas y Espigas y el Cantad oh puros niños…
Sólo puedo terminar esta reseña dando gracias a Dios por su misericordia, por su fidelidad y amor para conmigo a pesar de mi pequeñez; gracias también a todos los que me habéis acompañado en un día tan importante con vuestra presencia y/u oración.
Rocío Novo Baamonde
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