Un día un profesor de ciencias quiso hacer un experimento especial ante sus alumnos. Puso una rana en una olla de plexiglás llena de agua, donde la rana nadaba tranquilamente. Luego encendió un hornillo y lo colocó bajo la olla.
La rana se acostumbró poco a poco al cambio de temperatura del agua. Solo cuando el agua estaba ya muy caliente, mostró malestar, pero sin agitarse demasiado…
Al final la rana murió cocida sin ninguna reacción.
En ese momento el profesor dijo a los muchachos: “ La misma rana, puesta en la misma olla de agua, ya a cincuenta grados, ¡habría reaccionado saltando inmediatamente fuera!”. Luego añadió: “ Ahora hemos entendido lo que es la costumbre. La costumbre es una muerte en pequeñas dosis”.
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