Vivir es el mejor regalo de Dios. Es estrenar cada día el gozo de sentirse vivo, de atravesar este mundo con el gozo de aprender y saber vivir. No es fácil saber vivir.
Muchas personas malviven o sobreviven, pero son pocas las que encuentran el camino de la verdadera vida. Es como encontrar la respuesta a todos nuestros interrogantes.
Un día había un hombre que se le veía vivir a tope la vida. Era feliz y transmitía esa felicidad. Por otra parte, su vida era sencilla. Vivía como todos y sin embargo, sabía sacar partido a la vida.
Me acerqué un día y le pregunté su secreto. Guardó silencio. Otro día se lo volví a preguntar con mucha insistencia y me contestó: mi secreto es muy sencillo, mi vivir se llama Dios; desde que le conocí hace años, cada día estreno en la oración el gozo de mi vocación, y mi vocación es vivir. No importa lo que hago; la vida me ha enseñado que a vivir se aprende poniendo a Jesús en el centro y viviendo todo a tope. No son necesarias grandes aventuras, es la misma vida sencilla la que se convierte en una apasionante aventura cuando la vivimos desde Jesús.
( Francisco Cerro Chaves: Cuéntame…para ser libre).
Debe estar conectado para enviar un comentario.