Un día un fotógrafo se acercó a la Madre Teresa de Calcuta para fotografiarle los ojos. Antes de hacerlo, le dijo: “ Madre, ¿ me permite una impertinencia? Usted tiene la cara profundamente marcada por el tiempo, ¡ pero tiene los ojos más felices que yo haya visto! ¿ Cómo es posible?”
La Madre Teresa sonrió y respondió: “ Mis ojos están felices porque mis manos enjugan muchas lágrimas”.
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