
Con este signo el sacerdote le pide a Dios que una nuestras vidas a la suya.
San Cipriano nos dice: en el agua se entiende a la Iglesia y en el vino se manifiesta la Sangre de Cristo. Al mezclar el agua con el vino, la Iglesia se une a Cristo y ya nada podrá separarlos.
Debe estar conectado para enviar un comentario.