
Durante esta semana recordamos la necesidad de trabajar por la unión de todos los cristianos y, junto a este esfuerzo, no podemos olvidar la oración insistente.
La Madre TERESA y el Hermano ROGER decían:
“Ambos nos sentimos interpelados por los sufrimientos de nuestro mundo contemporáneo. Ante esta herida de la humanidad, las divisiones entre cristianos nos resultan insoportables. ¿Renunciaremos a nuestras separaciones, liberándonos unos a tros de nuestros miedos? ¿Para qué buscar, en los desacuerdos, quién tuvo la razón y quién no la tuvo?
¿En nuestra búsqueda de reconciliación, aprenderemos cómo aportar lo mejor de nosotros mismos y cómo acoger lo mejor del otro, amándonos unos a otros como Jesús nos ama?”
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