
Un día el discípulo le preguntó al viejo maestro:
“Maestro, ¿cuándo está permitido hablar?”
El Maestro respondió: “Cada palabra, antes de ser pronunciada, debe pasar por tres puertas:
“¿Es verdadera?”, pide el guardián de la primera puerta.
“¿Es necesaria?”, pregunta el guardián de la segunda puerta.
“¿Es amable?”, indaga el guardián de la tercera”.
Verdad, oportunidad, amabilidad deben ser los requisitos de nuestro hablar.
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