
Un día Arquelao, rey de Macedonia, fue a la peluquería. El peluquero le preguntó enseguida: “¿Cómo quiere que le corte el pelo?”
Arquelao respondió: “En silencio”.
Los antiguos decían: “Guarda silencio y el silencio te guardará a ti”.
El filósofo Pitágoras enseñaba a sus alumnos que “quien habla siembra, quien calla recoge”.
(Pino Pellegrino: La tienda del alma. Ed. Paulinas)
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