
II Gran Plegaria Eucarística
se da gracias a Dios por nuestra salvación y se hace la ofrenda del Cuerpo y Sangre de Cristo. Podemos distinguir dentro de ella algunos elementos:
PREFACIO – Comienza con un diálogo entre el sacerdote y el pueblo, para concluir con una oración variable del sacerdote, que introduce el Sanctus.
EPÍCLESIS – El celebrante extiende sus manos sobre el pan y el vino e invoca al Espíritu Santo, para que por su acción los transforme en el cuerpo y la sangre de Jesús.
CONSAGRACIÓN -El sacerdote hace «memoria» de la última cena, pronunciando las mismas palabras de Jesús. El pan y el vino se transforman en el cuerpo y en la sangre de Jesús.
ACLAMACIÓN – Aclamamos el misterio central de nuestra fe.
INTERCESIÓN – Ofrecemos este sacrificio de Jesús en comunión con toda la Iglesia. Pedimos por el Papa, por los obispos, por todos los difuntos y por todos nosotros.
DOXOLOGÍA – El sacerdote ofrece al Padre el cuerpo y la sangre de Jesús, por Cristo, con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo. Todos respondemos: «Amén».
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