(La Candelaria, día 2 de febrero)
No es tanto una fiesta de la Virgen ( purificación después del parto, a los cuarenta días, según la ley de Moisés), cuanto una fiesta cristológica: presentación de Jesús en el Templo, y por tanto una manifestación de Jesús como Salvador de la humanidad. Esto es lo que reconocen el viejo Simeón y la profetisa Ana.
Los cristianos de Roma tuvieron la feliz idea de sustituir las procesiones con antorchas que se hacían al inicio de los carnavales ( las fiestas Lupercales) por esta procesión de antorchas, con sentido penitencial. Antes que naciera el sol, se reunían para encaminarse con las velas encendidas hasta Santa María la Mayor, donde celebraban la fiesta. De ahí el nombre de la Candelaria.
Las velas, además de alumbrar la noche para caminar en procesión, indicaban que se estaba festejando a Jesús “Luz y revelación para todos los hombres de buena voluntad”.
El día 2 de febrero tendremos, a las 19:00h., la bendición de las candelas, procesión y eucaristía solemne en la que los padres presentarán al Señor a sus hijos ( niños bautizados estos dos últimos años y niños de nuestra catequesis).
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