Una fábula budista dice que un día una hormiga cayó en una gran barril de agua de lluvia.
Llegó un tipo (se llamaba “Egoísmo”) que vio al insecto y le dijo: “ ¿Qué haces en mi barril?” Cogió a la hormiga y la arrojó lejos.
Al poco rato llegó otra persona llamada “Tolerancia” que, viendo a la hormiga, le dijo: “Quédate si quieres. Fuera hace calor y no me haces ningún daño”.
Finalmente un tercero vio la animalito: le dio un azucarillo y luego la volvió a poner en el árbol de donde se había caído. Se llamaba “ Amor”.
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