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Tres eremitas tenían la costumbre de ir, una vez al año, a visitar al beato Antonio en el desierto.

         Dos le hacían preguntas sobre su pensamiento y sobre la salvación del alma. El tercero no hablaba nunca. Después de algún tiempo, el beato Antonio le dijo: “ Hace muchos años que vienes aquí ¡ y nunca me preguntas nada! “. El ermitaño respondió: “ ¡ Me basta con verte, padre! “.

El filósofo ensayista estadounidense Ralph W. Emerson daba en el blanco cuando decía: “¡Lo que eres habla más fuerte que lo que me dices! “. El proverbio añade: “Las palabras son enanos; los ejemplos son gigantes”.