Los seres humanos nos caracterizamos por nuestra capacidad para comunicarnos, para expresarnos a través del lenguaje. Un lenguaje que adopta formas diferentes: hablamos, escribimos, nos expresamos con el cuerpo…y también tenemos el lenguaje simbólico. Somos capaces de dar un significado a elementos sensibles gracias a la convención que establecemos.
El lenguaje simbólico está presente en muchos ámbitos de la vida humana y también en el ámbito religioso: colores, formas geométricas, elementos de la naturaleza, números, letras y palabras, etc. se convierten en expresión de la fe en los diferentes contextos religiosos.
También nuestra fe cristiana utiliza el lenguaje simbólico. Desde las primeras expresiones artísticas en las catacumbas a las últimas muestras de arte religioso contemporáneo, el lenguaje simbólico continúa presente, conjugando continuidad y actualización.
En nuestras iglesias y obras de arte encontramos plasmados algunos elementos simbólicos. Presentamos algunos de los más habituales.
El crismón

Es el primer signo que utilizaron los cristianos para representar a Jesús. Creemos que Él es el Mesías prometido por Dios, el Ungido, el Cristo. La palabra “Cristo” es de origen griego: “JRISTÓS”. El Crismón está formado por la intercesión de las dos primeras letras griegas de esta palabra: la J en griego se escribe “X”, y la R se escribe “P”.
(Centro de Pastoral litúrgica) (continuará)
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