Besar el altar
Después de la procesión de entrada el sacerdote besa el altar y lo vuelve a hacer al final de la Misa. Este beso es una señal de veneración porque el altar representa a Cristo y es la mesa sobre la que se hace presente el Señor en la Eucaristía.
Cuando es consagrado un altar se colocan en él reliquias de santos. Por eso, cuando el sacerdote besa el altar, besa a Cristo y con Él a todos los santos que gozan ahora de su presencia.
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