
Había una vez un ciempiés que pasaba los días muy feliz. Un día encontró a un sapo que le preguntó: “cuando te pones a caminar, ¿cuál es la primera pata que mueves?”.
El ciempiés se quedó pensativo, en un estado de total confusión, bloqueado mentalmente, reflexionando sobre cuál sería el método más correcto para caminar. Demos un puntapié a todos los líos mentales, ¡y gocemos la vida! Podríamos estar ya casi en el paraíso, en cambio, demasiadas veces, nos construimos un infierno.
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