
Un sacerdote estaba explicando la Pasión del Señor a niños de Primera Comunión. Uno de los niños se extrañó al oír que el buen ladrón estaría disfrutando de la presencia del Señor en el cielo porque se lo había prometido el Señor. Y preguntó en voz alta: “¿Cómo es posible que en el cielo haya ladrones? Inmediatamente otro niño que estaba al lado saltó diciendo: “Es que al cielo no va el que hace todo bien, sino el que pide más veces perdón”.
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