Un profesor está viajando en tren. En cierto momento le dice al viajero que está sentado frente a él: “¡Yo soy un profesor famoso! Cuando hablo, todos me escuchan con la boca abierta”. El otro le dice: “ ¡Eso mismo me sucede a mí!”.
- “ ¿También es usted profesor?”
- “ No, ¡ yo soy dentista!”
¡Nada más ridículo que pavonearse! El vanidoso es como aquel gallo que pensaba ¡que el sol salía para escuchar su canto!
Debe estar conectado para enviar un comentario.